Hace un par de semanas tuve la posibilidad de compartir con mi familia. Como nunca antes, aproveché esa festividad, debido a que cuando se organizan, se celebran con todo.
Digo esto (no mal interpretar) ya que la sobre mesa es lo más me gusta. Es el instante donde se desnuda el acontecer nacional e internacional, donde no falta la tía que dice la última noticia estiércol de farándula. Lo peor de todo, es que eso son los temas, que quedan en el inconsciente de la familia.
Todo había comenzado de la mejor manera, debido a que “golpee”, como decimos los periodistas, al decir a mis familiares que en las noticias se dijo, con bombos y platillos, que para el 2012 se tendrá listo un carnet que será “mágico”, que lo mejor de todo es que nos dirá qué enfermedades padecemos, cuando vayamos al hospital, entre algunas falacias más.
Como todos quedaron maravillados y más de alguno dijo haber sabido de la información, quise agregar, también, que esta tarjetita es otro invento yanqui más, cuya misión es controlarnos con un GPS, claramente humano, para que, verbigracia, las autoridades nos manejen a su antojo. Silencio total.
Lo peor es que nadie pudo decir nada y les recomendé un documental llamado “La Decepción de Obama” y otros que prefiero no mencionar en este escrito, debido a que puede afectar la creencia de más de algún inocente consumidor de Agenda setting. Si no tiene claro de qué le hablo, favor de informarse del tema, porque le aseguro que es mejor que “Yingo” o “Policías en Acción”.
Al final como no prendió mi tema, ya que no todos sabían, tuve que asimilar que debía acusar recibo de todas la tracalada de comentarios que, por lo que recuerdo, variaban entre la final de un reality, pordiosero, y la anatomía de un grupo de mujeres, fusias, que suben el rating y algo más, entre quienes ocupan la televisión, como medio para evadir los problemas o simplemente postergarlos.
Ahora bien como reflexión final sólo quiero decir, que se está “negociando” en el Congreso, que más de la mitad de la programación, en la era digital, sea cultural. Parece irrisorio y en teoría lo es, debido a que mientras el poder económico siga detrás de los programas y productoras de este país tercermundista, en cuanto a programación y diseño, deberán, seguir teniendo motivaciones banales a consumir productos desechables, como los cerebros de más de la mitad de la población que se entrega y es parte de un círculo, que agradezco a Dios, ¿existe Dios?, no pertenezco y jamás lo haré.
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