La exposición del artista chileno Roberto Matta, será mostrada al público en el Museo Nacional de Bellas Artes, entre el 31 de julio y el 30 de agosto.
Roberto Sebastián Matta Echaurren nació en Santiago de Chile, el 11 de noviembre de 1911 y murió en Civitavecchia, Italia, el 23 de noviembre de 2002. Su carrera empezó en Chile a través de sus estudios en los Talleres Libres de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde fue alumno del pintor Hernán Gazmuri. En el año 1933, se tituló de Arquitecto en la Universidad Católica de Chile.
En 1935, Matta tuvo la gran oportunidad de viajar a Europa y conocer personalmente, a Rafael Alberti y Federico García Lorca, dos de los autores más influyentes en la poesía contemporánea. En el año siguiente fue invitado por la poeta Gabriel Mistral a Portugal donde conoció sobre la realidad y problemática latinoamericana, planteadas por el cubano José Martí y la propuesta del mexicano José Vasconcelos en torno a la creación de brigadas culturales.
En 1937 el chileno comenzó su carrera artística al conocer al artista inglés Gordon Onslow-Ford, quién lo estimuló a pintar. Ese mismo año tomó contacto con los surrealistas Salvador Dalí y André Breton. Desde entonces usa sus talentos en el movimiento del artista abstracto. Roberto Matta fue reconocido como el último surrealista y uno de los más importantes artistas del siglo XX. En 1990 el gobierno de Chile le otorgó el Premio Nacional de Arte.
La exhibición del artista nos lleva a conocer sus pensamientos sobre un nuevo mundo moderno. Entras a la sala para encontrar un enorme escultura que cautiva a todos a su alrededor. Unidos como dos personas tomándose las manos, estas esculturas nos muestran la habilidad del artista de poder manipular materiales y crear una sensación de la humanidad - materializada en su obra. Inmediatamente nos conectamos a estas figuras interpretando sus emociones, los ojos, y quizás las narices. Aun más allá de esta escultura encontramos las pinturas de Matta.
En la primera pintura nuestros ojos están enfocados al centro con fuertes colores de verde, con nubes de negro por las orillas del cuadro. Aquí tenemos la sensación de una escena de una invasión de nuevas tecnologías; luchando por su lugar en el mundo. Tal vez otra interpretación sería una pesadilla donde la escena se está llenando de negro, al llegar al final de esta destrucción de nuevas tecnologías.
Siguiendo este tema vemos la próxima pintura, donde está escrito “ojo, con los desarrolladores”. Estos desarrolladores que quizá están creando las nuevas invenciones y tecnologías de la escena anterior. Al final llegamos a una escena también caótica llena de nueva tecnología, tratando de sobrevivir en su mundo moderno. Esta consciencia de lo moderno y lo humano son los temas que nos acompañan durante esta exhibición.
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