jueves, 5 de marzo de 2009

Ramón Griffero

Ramón Griffero es uno de los dramaturgos y directores teatrales más importantes dentro de la escena nacional. Su trabajo se ha desarrollado al alero de la compañía Teatro Fin de Siglo, con la que lleva más de 20 años de trayectoria escénica. Chile Bi-200 es su último proyecto. Aquí, se recogen cuatro textos dramáticos clásicos para reflexionar sobre Chile, el bicentenario y la memoria teatral de nuestro país.




 


 


 


 


Los textos seleccionados (Camila: la patriota de Sudamérica, La independencia de Chile, La Batalla de Tarapacá y La República de Jauja) recuperan parte de la dramaturgia chilena del siglo XIX y rescatan parte de nuestro patrimonio cultural.


 


 “La idea era hacerle un homenaje al teatro Chileno y también rescatar un patrimonio escénico muy importante.” 


 


 


¿Cómo surge la idea de Chile Bi-200? ¿Por qué plantearse una obra de teatro para conmemorar el bicentenario?


 


La primera idea era hacer teatro en el bicentenario y, al pensar en eso, te das cuenta que hay 200 años de teatro chileno. Hay un origen, un teatro clásico chileno que es totalmente desconocido pero que sí relata la construcción de nuestro país, de la república, de muchas ideas que ya son parte de nuestra identidad. Desde ese lugar tomé algunas obras de 1800, como por ejemplo La Camila, que nos van contando cómo se vivía la independencia de Chile; luego otra obra nos habla de la guerra del pacífico hasta terminar con La república de Jauja que pone en escena la crítica social de 1880. La idea era hacerle un homenaje al teatro Chileno y también rescatar un patrimonio escénico muy importante.


 


¿Cómo se construye una dramaturgia a partir de textos tan disímiles?


 


La dramaturgia se plantea más en la escena, en lo que yo llamo la dramaturgia del espacio. Lo contemporáneo es entonces que lo que se está contando genera esa unión. En términos del texto, a ninguno de ellos se le ha cortado una letra, sólo los hemos resumido. 


 


El elenco de la obra es de excepción, pero además junta a varias generaciones de la escena teatral nacional. ¿Cómo ha sido tu experiencia al dirigirlos?


 


Todos los jóvenes  del elenco han sido alumnos míos. Algunos son egresados de la Escuela de Teatro Arcis y otros han trabajado en otros proyectos como por ejemplo la obra Fin del Eclipse. Lo bueno es que es un elenco que tiene una diversidad enorme y que no ha sido difícil para trabajar porque no es la primera vez que nos juntamos.


 


Generalmente no diriges obras que no sean de tu propia autoría ¿por qué es eso?


 


Generalmente ocurre no dirijo obras que no son mías. Esta fue una ocasión especial de dirigir y sentarse a la distancia. Esencialmente, cuando partí fue como dramaturgo y fue también por hacer frente a la resistencia de una época como la dictadura. De alguna forma tenía que contar lo que estaba pasando, queria tener una voz propia y además dejar un registro porque lo que estaba sucediendo no estaba siendo escrito. Ese proceso está ligado con algo más personal, por lo que no me seduce montar un Ibsen o un Stringberg. No me refiero que montar otros textos no sea  válido también, pero me interesa más relacionarme con el estado de época que me tocó vivir.   


 



 


La obra está participando del Festival Internacional Santiago a Mil como uno de los estrenos nacionales. ¿Cómo ha sido la recepción del público?


 


La recepción ha sido bastante masiva. La sala ha estado llena y nos damos cuenta que hay una necesidad enorme de vincularse con nuestra memoria y apropiarse de un pasado. Felizmente, la obra ha tenido una buena recepción y es que, claro, no podemos amar lo que desconocemos. Lo positivo es que la gente nota que aquí hay un teatro patrimonial y un homenaje a estos primeros dramaturgos.


 


¿Por qué la gente debe venir a ver Chile Bi-200?


 


Yo creo que esencialmente para redescubrir nuestra historia, pero más allá de eso que podría ser como museológico, es darnos cuenta que nuestras emociones, los deseos de país de hace 200 años no están tan distantes de nosotros. Vincularnos con el origen de lo que aún no logramos ser es un proceso muy interesante


 


FUENTE: www.soloteatro.cl

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