No hay nada más expresivo que una escultura. El hecho de que se puedan construir formas y relieves me hace pensar que es un arte más real, más dedicado. Y pensar que nos acompaña desde hace mucho tiempo, como no pensar en las creaciones de Miguel Ángel. Sin embargo, hay mucho más que éstas. Todas diferentes; de tamaños, formas y materiales.
En esta ocasión tenemos la oportunidad ir a ver la exposición del escultor chileno Mario Irarrázaval, que exhibe su trayectoria de 40 años de este arte. Donde se cuenta con 200 obras aproximadamente, de bronce, aluminio, hormigón y madera. Creaciones que no dejan pasar la figura humana, su pensamiento cristiano y otros temas como lo político y social.
Además se pueden ver las destacadas manos que creó para el norte de nuestro país en el desierto de Atacama y la de Punta del Este. Otro detalle que hay que observar es su tendencia por lo circular y grupos de personas mirándose frente a frente.
Sin duda no hay que dejar de ir a verlo, además es para todas las edades. Si total cada uno lo interpreta como quiera. Estará en el Museo de Bellas Artes hasta el 25 de Octubre.
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